La mascarilla primero (cont.)


Aparentemente, y lo admito, no lo sé. Pueden ofrecer cierta protección para los demás, pero en realidad no ofrecen prácticamente ninguna protección para quien la usa, eso es lo que estuve leyendo. 
Pero si es así, si esa mascarilla ofrecería protección para otra persona y si me preguntaran, ¿estaría dispuesto a usar una para el beneficio de otras personas?... como cuando la aerolínea dice: "póngase su propia máscara primero y si viaja con niños, póngase su propia máscara antes de intentar ayudar a otros".
Y lo entiendo porque me di cuenta de que necesito poder funcionar y estar bien, para luego poder ayudar a otras personas. 
Hace algunos años un pastor enseñaba a los líderes: "lo mejor que puedes darle a tu iglesia es que tú estés saludable". 
Y eso es muy cierto, aunque si estuviera en ese avión, mi instinto sería ayudar al niño, ayudar a la persona vulnerable primero. Pero sabemos que tiene sentido ponerse la propia mascarilla primero. 
La Biblia habla de esto en Proverbios 4:23
“Por encima de todo, Cuida tu corazón, porque todo lo que haces surge de él”.
Siempre me sorprende esa escritura que dice: sobre todo, antes de cualquier otra cosa cuida, protege tu corazón porque todo lo que hagas fluirá de él.
Recientemente hablé con un grupo de pastores en una conferencia de liderazgo online y cité unos versículos del capítulo 20 de Hechos, 28 al 31, y el contexto aquí es una reunión del apóstol Pablo, que sabe que nunca volverá a ver a esas personas de nuevo. Es un momento muy emotivo, ellos están llorando. Él se reúne con los lideres de la iglesia en Éfeso por última vez y les dice esto: "tengan cuidado de ustedes mismos". 
Él comienza exactamente en el mismo lugar, "cuídense a ustedes mismos primero". 
"Tengan cuidado de ustedes mismos y de toda la gente que Dios les ha dado para cuidar, la cual Jesús compró pagando con su propia la sangre. Yo sé que después de que me vaya, algunos hombres entrarán al grupo y como lobos salvajes tratarán de destruir al rebaño. Incluso surgirán algunos de entre ustedes que distorsionarán la verdad para atraer a las personas. ¡Por eso mantengan la guardia! Recuerden que por tres años, día y noche les he advertido, hasta con lágrimas".
Pablo les dice a estos líderes de la iglesia. No nos volveremos a ver... les dice que comiencen por protegerse a sí mismos. 
Y mi pregunta para todos y cada uno de nosotros hoy es si nos hemos puesto la mascarilla.
¿Estás usando tu equipo de protección personal?
En la carta a los efesios, Pablo no sólo habla con estos líderes, sino que escribe a todos. Él escribe a esta iglesia y habla acerca de la armadura de Dios.
Él dice que luchamos, no contra seres de carne y hueso, sino contra principados y poderes espirituales malvados.
Le dice a la Iglesia que tome la armadura de Dios y realmente habla sobre varias piezas de esa armadura. Permítanme resaltar algunas. 
El escudo de la fe:
Seamos personas de fe. Nuestro equipo de protección personal en esta temporada es ser gente de esperanza. Ser personas de fe.
La coraza de la justicia:
Y esto significa saber la verdad, saber cual es nuestra identidad, quiénes somos en Cristo, el hecho de que hemos sido perdonados, el hecho de que la gracia de Dios ha entrado en nuestras vidas, es una protección personal. Que no tengo que esforzarme y no tengo que ganar el favor de Dios en mi vida, que me ha dado como regalo, la justicia de Jesús en mi vida. 
El calzado:
Habla sobre el propósito, él llama a calzar nuestros pies, preparados para compartir el mensaje de la paz. En otras palabras, compartir el evangelio a otros, llevando buenas noticias en y a través de nuestra vida, es también parte del equipo de protección personal.
La espada
Y finalmente, habla de la espada del Espíritu, la Palabra de Dios. Y sabes, si hoy estás leyendo esto, estás recibiendo la espada del Espíritu, parte del equipo de protección personal del Espíritu: la palabra de de Dios. Cuando nos reunimos los domingos y nos reunimos alrededor de la palabra de Dios, es el equipo de protección personal para la temporada en la que estamos. 
Al invitar a otros a conocer el evangelio, al recordar quiénes somos en Cristo, a medida que levantamos ese escudo de la fe, siendo personas de esperanza en esta temporada; estamos poniéndonos nuestra mascarilla, en primer lugar, a nosotros mismos.
Iglesia, hagámoslo. 
Cuidémonos. 
Cuidemos nuestro corazón, porque todo fluye de él.
Oro para que al escuchar su palabra, respondamos a ella hoy. Amén.

*Paul Benger es el pastor principal de la Iglesia Ikon con sede en el Reino Unido.

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